Hoy he tenido un momento de paz absoluta, de conexión con la naturaleza. Verás, soy un chico que se siente siempre muy conectado con el planeta, con las plantas y la vida. Y, esta noche, al subir las escaleras a mi casa, el cielo estaba cubierto de nubes, completa mente tapado, sin embargo, al elevar la vista al cielo nocturno, he podido ver la luna casi llena, empezando a menguar salir de entre las nubes, y he sentido en ese momento el viento frío soplar en mi cara, y me he sentido en paz, como si todo lo que hubiese pasado en el día nunca hubiese ocurrido, he sentido la tranquilidad y tenía muchas ganas de compartirlo con todo aquel navegante que llegue a este blog, quiero decir que no importa cuan difícil y duro pueda ser el día, si te fijas, si elevas la mirada, puedes llevarte una grata sorpresa.
Vivimos atrapados en un reloj gigante, todo tiene su hora, su momento, las series, las películas, las tiendas, los restaurantes, los centros comerciales, no podemos hacer nada fuera de su hora, y la hora manda sobre nuestras vidas, pero si salimos, si nos detenemos durante solo un segundo y miramos a las personas de nuestro alrededor, o a las plantas, o nos detenemos a sentir una brisa, sentirás como que despiertas, como que vuelves a tu infancia y ves cosas antes importantes que cayeron en la rutina y perdieron su ilusión, podemos descubrir, como diría William Blake, un mundo en un grano de arena.
Astok
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